(La información es de Xataka.com)
Hay vida más allá de los cúbits superconductores. Los logros de IBM, Google o Intel han propiciado que esta tecnología acapare buena parte de la atención en el ámbito de los ordenadores cuánticos, pero hay otras tecnologías de cúbits que también son muy prometedoras.
De hecho, cabe la posibilidad de que los ordenadores cuánticos plenamente funcionales que finalmente reemplacen a los prototipos que tenemos actualmente no empleen ninguna de las tecnologías de cúbits en las que los científicos están trabajando actualmente.
Además de los cúbits superconductores están buscando su lugar los cúbits que emplean átomos neutros, los iones implantados en macromoléculas y los que recurren a las trampas de iones, entre otras tecnologías. Los cúbits superconductores han avanzado mucho durante los últimos años, pero otras tecnologías también están mejorando a muy buen ritmo.
De hecho, las trampas de iones, en las que confían IonQ o Honeywell, entre otras empresas, se postulan como la principal alternativa a la tecnología empleada por IBM o Google.
La tecnología de superconductores está consiguiendo incrementar con rapidez el número de cúbits que es posible implementar en un ordenador cuántico, pero también es más propensa a cometer errores que los cúbits de trampas de iones.
Además, estos últimos se caracterizan por trabajar a una temperatura de unos 20 milikelvin, que son aproximadamente -273 ºC, con el propósito de operar con el mayor grado de aislamiento del entorno posible.
IonQ se ha colocado a la vanguardia de la tecnología de trampas de iones
A grandes rasgos la técnica empleada por esta compañía estadounidense se caracteriza por producir sus cúbits utilizando átomos ionizados, y, por tanto, con una carga eléctrica global no neutra. Esta propiedad permite mantenerlos aislados y confinados en el interior de un campo electromagnético, aunque este es solo el punto de partida.
A partir de aquí actúa sobre el estado cuántico de sus cúbits con trampas de iones enfriándolos para reducir el nivel de ruido computacional y utiliza láseres justo a continuación para operar con ellos.
No obstante, no emplea un único láser; usa uno para cada ion, y también un láser global que actúa sobre todos ellos simultáneamente. No cabe duda de que es una tecnología extraordinariamente compleja, lo que ha provocado que vaya por detrás de la tecnología de cúbits superconductores si nos ceñimos expresamente al número de cúbits que es posible integrar en una única máquina.
No obstante, en cierto modo esta es una simplificación excesiva debido a que IonQ y Honeywell defienden que su tecnología les permite afrontar el mismo trabajo con menos cúbits.
Sea como sea IonQ acaba de alcanzar un nuevo hito. Uno realmente importante. Y es que ha conseguido poner a punto un ordenador cuántico equipado con 35 cúbits algorítmicos un año antes de lo que había previsto inicialmente.
Esta compañía utiliza la denominación ‘cúbits algorítmicos’ para expresar que todos ellos son hábiles, y, por tanto, capaces de intervenir en la resolución de problemas. Para hacer posible este logro los ingenieros de esta compañía han desarrollado nuevas soluciones tanto en el ámbito del hardware como del software.