(La información es de Sara Jerez, BioBio Chile y Europa Press)
Un examen de fósiles de un ancestro de las ballenas de hace 40 millones de años encontrado en el desierto de Ica, en la costa de Perú, indica que fue el animal más grande de todos los tiempos, porque tenía un peso descomunal.
El fósil en cuestión pertenece a un antepasado de los cetáceos que se caracterizaba por tener huesos muy grandes y pesados, que a su vez evocan un monstruo marino de proporciones titánicas de unas 340 toneladas.
El artículo que acaba de publicarse en la revista Nature presenta un primer análisis de este excepcional cetáceo, al que se le ha dado el nombre de Perucetus colossus en honor al país sudamericano en el que fue hallado y en referencia a su tamaño literalmente colosal.
Las pruebas del animal más grande de todos los tiempos
“Aunque el esqueleto de Perucetus no está completo, estimaciones rigurosas basadas en la medición de huesos preservados así como en comparaciones con una amplia base de datos de organismos vivos y fósiles indican que la masa del esqueleto de Perucetus era de unos 5-8 toneladas: al menos el doble de la masa esquelética del animal vivo más grande, la ballena azul”, explica en un comunicado Giovanni Bianucci, de la Universidad de Pisa y miembro del equipo investigadores.
El esqueleto muy pesado de Perucetus -que en vida habría alcanzado los 20 metros de longitud total del cuerpo– sugiere que la masa corporal de este antiguo cetáceo pudo haber llegado a las 340 toneladas.
Esto sería casi el doble que la de las ballenas azules más grandes y más de tres veces la estimada para Argentinosaurus, uno de los dinosaurios más grandes jamás encontrados”.
Por lo tanto, Perucetus -con vértebras fósiles que superan los 100 kilos de peso cada una– representa un excelente candidato para el papel de animal más pesado de todos los tiempos, un récord del que la ballena azul se vería socavada. Las implicaciones paleobiológicas de tal descubrimiento son de extrema importancia, según los autores.
“La enorme masa corporal de Perucetus -continúa Bianucci- indica que los cetáceos desarrollaron fenómenos de gigantismo al menos dos veces: en tiempos relativamente recientes, con la evolución de las grandes ballenas barbadas que habitan los océanos modernos, y hace unos 40 millones de años, con la radiación de los basilosáuridos de los que Perucetus es el representante más extraordinario”.